Investigadora feminista con 15 años de experiencia en el ámbito de los derechos humanos. Cuenta con una amplia experiencia en asesoramiento de alto nivel, investigación, diseño, financiación y seguimiento de políticas públicas, análisis de elaboración de políticas y protección de los derechos humanos centrados en la igualdad de género, los derechos de la mujer y el medio ambiente. En la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, coordinó la elaboración de la "Guía para la transversalización de género y medio ambiente en la educación superior", y el capítulo de Protección de Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales del Instituto de Derecho de la Propiedad Intelectual, con el apoyo de cinco agencias del Sistema de Naciones Unidas en Ecuador durante el período 2012-2015. María Inés ha ocupado cargos como autoridad nacional coordinando con diferentes actores y organizaciones de cooperación. Es Socióloga con Maestría en Ciencias Políticas y actualmente es candidata a Doctora en Derecho Público. Actualmente, María Inés es Especialista en Género y Cambio Climático del PNUD en Ecuador. Forma parte del Grupo de Investigación en Ciencia Política de la Universidad de Girona (España) donde trabaja en su tesis doctoral sobre autonomías indígenas, feminismo anticolonial y derechos de la naturaleza. Además, trabaja con el proyecto de investigación "Atlas" (Autonomías indígenas y realidades situadas), colabora con la Red Internacional de Silvicultura Análoga (RIFA) en el proceso de certificación de Productos de Jardines Forestales (PFC), y es miembro permanente de la Red Ecuatoriana de Silvicultura Análoga como parte del proyecto Biotiquines y coordina la Red de Mujeres por la Conservación en Ecuador.
La pandemia de COVID-19 ha tenido amplios efectos en las comunidades indígenas y rurales, lo que ha agravado los retos de los objetivos de sostenibilidad en la región amazónica.
La población se enfrenta a una triple crisis: la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la desigualdad social. La pandemia nos ha mostrado las injusticias estructurales y las inevitables consecuencias de la degradación de la tierra, el extractivismo y las actividades ilegales en la Amazonía ecuatoriana. Con un bloqueo general en el país que se produjo el 17 de marzo de 2020, la mayoría de las comunidades locales y los territorios indígenas se mantuvieron aislados. Con la continua pérdida de biodiversidad en las últimas décadas, la contaminación del agua por la extracción de petróleo, las inundaciones, las sequías y por el impacto de la agricultura tradicional, la mayoría de las comunidades sufren la falta de alimentos y servicios de salud. La pobreza, la mala nutrición y la violencia de género están aumentando en las zonas donde predominan las actividades extractivas.
Bio-tiquines es un proyecto creado por la Red Ecuatoriana de Forestería Análoga (REFA ) con el objetivo de apoyar a las familias vulnerables que tienen inseguridad alimentaria y falta de acceso a servicios de salud. Desde abril de 2020, 10 practicantes de Silvicultura Análoga, en diferentes regiones del país, han recolectado plantas para la alimentación y la salud de las personas. Las bio-tiquines consisten en la preparación y distribución de kits de plantas con alto valor nutricional y medicinal. El proceso incluye la educación y capacitación de las familias sobre las plantas y su cuidado y seguimiento, utilizando la metodología de la silvicultura análoga. Los huertos familiares forman parte de la estrategia de creación de huertos forestales para la restauración de ecosistemas degradados y para dar a las familias alternativas más sostenibles y económicas.
Durante el 2020, 150 familias formaron parte de Bio-tiquines, 25 de ellas están ubicadas en las provincias de Pastaza y Napo de la Amazonía. En 2021, 75 familias de la Amazonía participan actualmente en la segunda fase de Bio-tiquines; esto incluye la casa de atención a mujeres víctimas de violencia, que es un espacio de la Asociación de Mujeres Sucumbíos.
La silvicultura analógica es un enfoque de la restauración ecológica que utiliza los bosques naturales como guía para crear paisajes ecológicamente estables y socioeconómicamente productivos. Se trata de una forma compleja y holística de silvicultura, que minimiza los insumos externos -como los agroquímicos y los combustibles fósiles- y, en cambio, fomenta la función ecológica para la resiliencia y la productividad. La silvicultura análoga no sólo valora la sostenibilidad ecológica, sino que reconoce las necesidades sociales y económicas de las comunidades rurales locales, que pueden satisfacerse mediante la producción de bienes y servicios útiles y comercializables, que van desde los alimentos hasta los productos farmacéuticos y desde el combustible hasta el forraje. Esta alternativa de restauración ecológica la sostiene la Red Internacional de Silvicultura Análoga -IAFN.
Me incorporé a la REFA en abril de 2020 con el proyecto Bio-tiquines. Desde septiembre de 2020 he servido como facilitadora de promoción en la RIFA con el proyecto Alianza Global para la Acción Verde y de Género (GAGGA).
Mará Inés Rivadeneira
Soy socióloga, con experiencia en derechos humanos de los pueblos indígenas y de las mujeres. Actualmente trabajo desde un enfoque anticolonial y feminista hacia la justicia ecológica, implementando la autodeterminación y la autonomía en la defensa de los derechos humanos y la naturaleza en la Amazonía.