Mis sueños hechos realidad


por

Segundo José Cueva Santos

Líder de conservación

José es originario de la región de Piura, en el norte de Perú, donde creció y empezó a sentir el gusanillo de viajar y la fascinación por la naturaleza. Llegó a la región amazónica de Madre de Dios hace varios años y, tras trabajar para varias ONG regionales, aceptó un trabajo en ASA, en la Finca Las Piedras, como jefe de cocina. Fue entonces cuando la pasión de José por las aves cobró realmente vuelo: pasaba cada minuto disponible en la selva observando y fotografiando aves raras y otras criaturas, convirtiéndose rápidamente en un ornitólogo excepcional. Más tarde se reincorporó a ASA como Naturalista Líder, para seguir desarrollando sus habilidades como biólogo de campo y conservacionista, y para contribuir a los proyectos de investigación, reforestación y educación de ASA. El puesto de José en ASA cuenta con el apoyo del Centro Amazónico de Educación e Investigación Medioambiental (ACEER).

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9 de septiembre de 2021

Mis sueños hechos realidad

 

Nací en Piura, una región al norte de Perú. A los 16 años junto con mis amigos tomé la decisión de salir de mi pueblo para dedicarme a trabajar. Trabajé en diferentes lugares e hice nuevos amigos, como también decidí viajar a Puerto Maldonado. He trabajado en diferentes trabajos durante toda mi vida, uno de ellos fue la minería ilegal; uno de los trabajos con más probabilidades de contraer enfermedades y de morir repentinamente realizando alguna actividad minera. Una vez casi fui aplastado por una avalancha de tierra, mientras intentaba escapar de esta situación al mismo tiempo estaba destapando un tubo de absorción que se encontraba a dos metros bajo el agua. Asimismo también estaba intentando sacar las piedras y palos que estaban saturados en la punta del tubo (como se llama), de pronto sentí un fuerte movimiento y los pastos de la superficie rozaban mis pies. Después de salir inmediatamente, vi que se había deslizado un gran monto de tierra (sucedían muy seguido este tipo de incidentes). En otra ocasión me quedé dormido en la esquina de una balsa flotante y de repente con un fuerte movimiento caí al agua, recuerdo despertar dentro del agua y en ese momento salí a la balsa flotante desesperadamente intentando salvar mi vida. La mayoría del tiempo éramos dos personas por cada turno, pero una vez me quedé solo y tuve problemas con el tubo de absorción; mientras estaba el motor un poco acelerado, entré al agua para comprobar que pasaba. Encontré dos palos trancados en la punta del tubo, logré sacar uno con éxito y luego volví a entrar. Luego agarré el otro palo moviéndolo, ¡lo absorbió junto con mis dedos! No sabía que hacer por un breve momento, hasta que intenté sacar mis dedos muy despacio-pero ya no podía contenerme más sin respirar-necesitaba aire. Me empecé a desesperar y saqué mis dedos con tremendo dolor. Escapé, sintiéndome muy desesperado y enojado a la vez porque me habían dejado solo. 

Desde ese momento renuncié a la minería. Los incidentes peligrosos como el mío eran demasiado comunes. Y lo que es más, los accidentes no eran la única preocupación. Las condiciones generales de trabajo no eran seguras-prácticamente vivíamos ahí día y noche en la balsa, trabajando solo con ropa interior. Aún más peligroso, cada momento que entramos al río estuvimos expuestos al agua muy sucia, que había mezclado con petróleo y otros residuos que salían del motor. 

Después de estar unos meses en diferentes partes de la selva trabajando en la minería, volví a la ciudad de Puerto Maldonado. Estuve sin trabajo unos meses hasta que recibí una noticia de un amigo que en maloka Sandoval necesitaban un ayudante para hacer mantenimiento en diferentes áreas. Otra vez yo había regresado a la selva, pero ya no en minería. Ya me empezaba a gustar más la selva, todo se disfrutaba mirando a los animales sin hacerles daño pero no me interesaba mucho-solo miraba a los fotógrafos con sus cámaras y verlos disfrutar de la naturaleza. 

Trabajé en otros lugares turísticos descubriendo muchas habilidades;aprendí a cocinar muy bien. Lo hice hasta que un amigo me recomendó a una estación Biológica los amigos. Estuve allí por dos semanas, estaba disfrutando y cocinando, cuando les pedí a los administradores si podía quedarme todo el año realizando diferentes actividades, como hacer mantenimiento a la estación y aceptaron mi propuesta. Me gustó el lugar y el trabajo que hacían era diferente a los trabajos anteriores, me interesó todo lo que hacían, sobre la investigación científica basada en la conservación y protección de la amazonia, quería explorar el bosque y aprender lo que ellos hacían pero no tenía el tiempo suficiente por las actividades que yo realizaba.

En el 2017 llegué a Alliance for a Sustainable Amazon, una finca donde empecé a cocinar otra vez. En mi primer año aquí, me sentí muy cómodo ahí fue donde tuve el tiempo suficiente y la libertad de salir al bosque en mis horas libres e ir con los naturalistas). Aprendí muchas cosas de ellos y me di cuenta de la importancia de la naturaleza-mi mundo entero se cambió, como lo hizo mi forma de pensar. Quería saber qué hacían como biólogos e incluso ser uno de ellos. Por casi tres años, seguí cocinando en esta estación hasta que pude comprar una cámara y unos binoculares. Entonces pude comenzar a fotografiar imágenes de aves y otras especies, que comencé a publicar en las redes sociales. A través de la documentación de la naturaleza, mi vida empezó a tener sentido; Eso fue, por supuesto, hasta que el ACEER Foundation (que se especializa en educación ambiental) me ofreció una beca en 2020.

En 2021, recibí una invitación para trabajar como líder naturalista de Alliance for a Sustainable Amazon en la estación finca las piedras; fue un sueño hecho realidad. Con un acuerdo entre ambas organizaciones para fortalecer mi conocimiento en la conservación, estoy empezando un proyecto de investigación.

Perro de orejas cortas, (atelocynus microtis). Foto tomada en Finca Las Piedras, Madre de Dios

Imagen: 1 perro de orejas cortas

Era solo un día normal en finca las piedras en Puerto Maldonado cuando iba a salir al campo después de almuerzo. Yo quería descubrir más naturaleza, algo nuevo y diferente. A solo veinte metros de mi campamento, yo estaba fotografiando una abeja sobre una pasiflora cuandoa vi que algo negro viene por el camino. (En un momento pensé que era una tayra.), Me giré lentamente al ver que se acercaba y empecé a fotografiarla. Llegó tan cerca de mí-ella estaba un poco sorprendida, sin duda. Finalmente, se dio la vuelta y se fue tranquilamente. 

Yo no estaba seguro que era hasta más tarde, cuando regresé al campamento y les mostré el video a los naturalistas. Se sorprendieron mucho y me preguntaron cómo logré estar tan cerca al animal; dijeron que era uno de los cánidos más raros y misteriosos de la amazonia. me sentí muy afortunado con este encuentro único. El descubrimiento de criaturas desconocidas es un aspecto inesperado y significativo de la conservación; refuerza aún más la importancia de nuestro trabajo.

Loro machaco (Bothrops bilineatus) foto tomada en Finca Las Piedras Madre de Dios

Imagen: 2 caminando en la selva.

En la estación biológica Finca Las Piedras Madre de Dios, salía a caminar por la selva con una colega, Allie. Con la cabeza levantada hacia el cielo en busca de pájaros, caminé delante de ella. Me congelé cuando de repente exclamó: "¡Una serpiente!" Me di la vuelta; estaba a sólo dos metros de mí. Abrí rápidamente la guía de reptiles en mi teléfono celular, era una especie venenosa. Estaba emocionado y aterrorizado al encontrarlo, ya que era un nuevo récord para la estación. El miedo provenía de su reputación de ser muy agresivo y muy venenoso, pero mi experiencia fue diferente. Sin provocación, su comportamiento no me amenazaba. Por lo general, si no lo ofende, simplemente permanecerá o desaparecerá. Sin embargo, molestar más al reptil puede llevar a un comportamiento defensivo. Después de regresar a salvo, nos deleitamos al haber capturado las primeras fotos de una de las serpientes más temidas del Amazonas.

Imagen: 3 bosques secos 

Este es un lugar de la región de Piura (norte de Perú) que se conoce como Ex-Hacienda San Martín, o simplemente, San Martín. Con más de 600 mil hectáreas, este bosque seco es expansivo. Un amigo del pueblo, que forma parte de la delegación de autoridades, me dijo que una empresa quería comprar toda la zona. Su intención era explotar el palo santo (Bursera graveolens), un árbol en peligro de extinción muy buscado por la industria. Mi amigo ya sabía que yo trabajaba en conservación, así que me invitó a que fuera a tomar algunas fotos; también quería mis pensamientos sobre un plan para evitar la compra.

En moto, recorrimos durante dos horas hasta llegar a los bosques secos. Me asombró esta tierra que nos pertenecía, al menos por el momento. Le dije que debía conservarse, que ofrecía mucho estudio científico. Cuando regresó se coordinó con las demás autoridades y la venta no procedió.

Lo crea o no, antes de las reformas agrarias que llegaron en 1969, esta extensa área que incluye sabana de bosque seco, bosques nubosos y bosques secos pertenecía únicamente a una persona. Afortunadamente, el único dueño de esta área se la vendió a los trabajadores, y ahora pertenece a todas las personas que viven dentro del área. Es uno de los lugares donde la población de vida silvestre sigue creciendo de manera exponencial. Estos bosques son únicos y menos estudiados por la ciencia, es ahí donde quiero hacer un inventario y estudios de la flora y fauna. Eventualmente, quiero capacitar a la población para que sea un área de conservación y sustentabilidad sin afectar los ecosistemas.

Bosques secos de Hacienda San Martin Piura Perú

Imagen: 4 buscando aves 

Mi hermano Quiroz y yo fuimos en una motocicleta durante una hora a visitar a unos tíos cerca de los bosques secos de la zona donde nací. Después de pasar tiempo con ellos una tarde, le pregunté a mi hermano si quería caminar por las colinas en busca de pájaros. Encontramos muchos tipos, pero en un momento le dije a Quiroz que mirara a través de los prismáticos para ver algunos buitres negros. Al mirar, me dijo que vio otros que eran de color blanco, me sorprendió. Yo mismo miré a través de los prismáticos y vi que era un Cóndor Rey de la Selva (Sarcoramphus papa). Nos acercamos a los lindos cóndores, pero dos se fueron volando. Uno amablemente se quedó y pude capturar algunas fotos. Una vez que partió con los demás, mi hermano y yo continuamos explorando. Descubrimos la razón por la que estaban los pájaros: una vaca entera muerta en descomposición. Nos aseguramos de contarles a nuestros tíos lo que habíamos visto a nuestro regreso.

 Este cóndor, además de su belleza física, juega un papel muy importante en el ecosistema al eliminar restos de animales que de otro modo serían terreno fértil para enfermedades.

Cóndor de la selva (Sarcoramphus papa) foto tomada en bosques secos hacienda San Martin, Piura Perú.

 

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